domingo, abril 24, 2005

sad

mi infancia son recuerdos de un patio... donde? who cares....
saladillo?

y un huerto claro donde madura un limonero... si es que alguna vez maduró...

mi juventud veinte años en tierras extrañillas...

mi historia algunos casos que recordar... no quiero

:-(


la vida es bella

triste algunas veces... pero debemos esforzarnos en pensar que es bella

6 comentarios:

Her dijo...

si, qué pasa???

Pepeluche dijo...

me siento solo


esop

ANTAR dijo...

UN PATIO

Con la tarde
se cansaron los dos o tres colores del patio.
Esta noche, la luna, el claro círculo,
no domina su espacio.
Patio, cielo encauzado.
El patio es el declive
por el cual se derrama el cielo en la casa.
Serena,
la eternidad espera en la encrucijada de estrellas.
Grato es vivir en la amistad oscura
de un zaguán, de una parra y de un aljibe.

Jorge Luis Borges

Her dijo...

La soledad es relativa: estas solo fisicamente, pero en verdad, estas muy acompañado, porque hay mucha gente, muchas personas pensando en ti.
te amo

coterivera dijo...

mi infancia fue en un desierto, entre muchos cerros con una puesta de sol inigualable, llena de tierra jugando con niños a las bolitas y al metegol

..hoy, me las jugué por un cambio, me siento sola, pero si no hago esto quizás nunca avance..

un beso...

Pepeluche dijo...

Noche Serena

Cuando contemplo el cielo
de innumerables luces adornado,
y miro hacia el suelo
de noche rodeado,
en sueño y en olvido sepultado.



El amor y la pena despiertan en mi pecho un ansia ardiente;
despiden larga vena,
los ojos hechos fuente,
la lengua dice al fin con voz doliente:

Morada de grandeza,templo de claridad y hermosura,
mi alma que a tu alteza
nació ¿qué desventura
la tiene en esta cárcel baja, obscura?



¿Qué mortal desatino
de la verdad aleja así el sentido,
que, de tu bien divino
olvidado, perdido,
sigue la vana sombra, el bien fingido?



El hombre está entregado

al sueño, de su muerte no cuidando,
y con paso callado
el cielo vueltas dando,
las horas del vivir le va hurtando.



¡Ay! despertad, mortales,

mirad con atención en vuestro daño;
¿las almas inmortales
hechas a bien tamaño,
podrán vivir de sombras y de engaño?



¡Ay! levantad los ojos

a aquesta celestial eterna esfera,
burlaréis los antojos
de aquesa lisonjera
vida, con cuánto teme y cuánto espera.



¿Es más que un breve punto

el bajo y torpe, comparado
a aqueste gran trasumpto,
do vive mejorado
lo que es, lo que será, lo que ha pasado?



Quien mira el gran concierto

de aquestos resplandores eternales,
su movimiento cierto,
sus pasos desiguales,
y en proporción concorde tan iguales.



La luna cómo mueve

la plateada rueda, y va en pos della
la luz do el saber llueve,
y la graciosa estrella
de amor la sigue, reluciente y bella.




Y cómo otro camino

prosigue el sanguinoso Marte airado,
y el Júpiter benino,
de bienes mil cercado,
serena el cielo con su rayo amado:



Rodéase en la cumbre

Saturno, padre de los siglos de oro,
tras él la muchedumbre
del reluciente coro
su luz va repartiendo y su tesoro:



¿Quién es el que esto mira,

y precia la bajeza de la tierra,
y no gime y suspira,
por romper lo que encierra
el alma, y destos bienes la destierra?



Aquí vive el contento,

aquí reina la paz; aquí asentado,
en rico y alto asiento
está el amor sagrado,
de honra y de deleites rodeado.



Inmensa hermosura

aquí se muestra toda; y resplandece
clarísima luz pura,
que jamás anochece;
eterna primavera aquí florece.



¡Oh campos verdaderos!

¡oh prados con verdad frescos y amenos!
¡riquísimos mineros!
¡Oh deleitosos senos!
¡repuestos valles, de mil bienes llenos!



Fray Luis de León